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Por qué no fijar propósitos de Año Nuevo puede ser la mejor decisión

Foto del escritor: Claudia Gallegos SeegroveClaudia Gallegos Seegrove





















Introducción

Cada inicio de año es común sentirnos impulsados a escribir una lista de propósitos: hacer ejercicio, ahorrar dinero, leer más libros o aprender algo nuevo. Sin embargo, esta práctica tan popular no siempre resulta efectiva y, en algunos casos, puede ser contraproducente. A continuación, exploramos por qué no fijar propósitos de Año Nuevo puede, paradójicamente, ayudarte a alcanzar un verdadero cambio personal.


La Trampa del "Todo o Nada"

Los propósitos suelen fijarse como metas absolutas: "Voy a ir al gimnasio cinco días a la semana" o "No voy a comer azúcar". Este enfoque rígido crea presión y, ante el primer tropiezo, puede generar sentimientos de fracaso. Por ejemplo, un día que no puedas cumplir podrías sentir que todo el esfuerzo anterior fue en vano. Al evitar propósitos estrictos, te permites ser más flexible y adaptarte a las circunstancias cambiantes, reduciendo la ansiedad y aumentando tu resiliencia.


El Cambio No Tiene Calendario

Esperar al inicio del año para hacer cambios importantes en tu vida puede retrasar decisiones que podrías haber tomado antes. Imagina que quieres empezar a alimentarte mejor, pero decides posponerlo hasta enero. Esa espera puede ser un obstáculo en lugar de un impulso. El crecimiento personal no necesita un marco temporal; puedes comenzar cuando sientas que estás listo, no porque el calendario lo indique.


La Sobre-valoración del Año Nuevo

La llegada de un nuevo año es simbólica, pero no es mágica. El verdadero cambio requiere consistencia, esfuerzo y un compromiso personal sostenido a lo largo del tiempo. Depender únicamente de la motivación inicial de enero puede llevar a abandonos tempranos en febrero o marzo. Al no centrarte en los "propósitos", puedes enfocar tus esfuerzos en procesos continuos que realmente impacten tu vida.



Prioriza la Intención Sobre la Meta

En lugar de establecer propósitos concretos, reflexiona sobre cómo quieres sentirte o qué deseas experimentar en el próximo año. Por ejemplo, en lugar de "leer 50 libros", podrías enfocarte en "cultivar la curiosidad". Este enfoque basado en intenciones te permite disfrutar del proceso, sin quedarte atrapado en el cumplimiento exacto de números o resultados.


Menos Presión, Más Placer

Los propósitos a menudo se asocian con autoexigencias que convierten el proceso en una obligación, en lugar de algo que realmente disfrutes. Si cambias la presión por un enfoque más espontáneo, podrás redescubrir la alegría en actividades que te nutren emocional y espiritualmente.



La Importancia de los Microhábitos

En lugar de grandes metas, considera adoptar microhábitos: pequeños cambios que puedes implementar diariamente y que son más fáciles de mantener. Por ejemplo, en lugar de comprometerte a correr un maratón, podrías empezar caminando 15 minutos al día. Los microhábitos tienen un impacto acumulativo y suelen ser más efectivos para transformar tu vida a largo plazo, sin generar frustración o agotamiento.


Conclusión

El Año Nuevo, Una Oportunidad de Reflexión. En lugar de fijarte propósitos, considera usar el inicio del año como un momento para reflexionar sobre tu vida, tus valores y lo que realmente importa para ti.


Pregúntate:

  • ¿Qué cosas pequeñas me hacen feliz y cómo puedo integrarlas más en mi vida?

  • ¿Qué hábitos negativos deseo dejar atrás?

  • ¿Qué personas, experiencias o aprendizajes quiero priorizar este año?



Recuerda que no necesitas una lista rígida de metas para crecer y evolucionar. El cambio verdadero nace de tus decisiones diarias, de tus intenciones y de tu compromiso con lo que eres y lo que quieres ser. Liberarte de la presión de los propósitos puede ser un acto de amor propio, permitiéndote fluir y disfrutar del proceso.


Haz del próximo año una oportunidad para conectar contigo mismo desde la autenticidad, sin la necesidad de cumplir con expectativas externas o autoimpuestas. El cambio más significativo es aquel que nace del corazón y se sostiene con pequeños pasos cada día.



Artículo por: Claudia Gallegos Seegrove


Contacto:

WhatsApp: +52 1 557500 2377

Instagram: @claudiaseegrove


Claudia Gallegos Seegrove es fundadora de Tu Terapia y Tu Círculo, con más de 20 años de experiencia como empresaria y mentora. Su enfoque combina una escucha empática y un análisis existencial para abordar crisis emocionales, duelos y desafíos de autoconocimiento. Cuenta con formación especializada en Logoterapia, Suicidología, Tanatología y Primeros Auxilios Psicológicos, además de una Certificación en Alta Dirección e Innovación por la Universidad de Berkeley. Su sólida trayectoria y perspectiva profesional enriquecen sus columnas de opinión, ofreciendo reflexiones profundas y herramientas prácticas para el bienestar emocional.


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